He encontrado placeres
en la locura que nunca serán igualados por la realidad, aunque ella en sí misma
representa una ficción muy misteriosa. La cuestión con la locura que padezco es
un tanto laberíntica. Sucede que hay ciertos, por no decir varios, episodios
vagos, tenues y muy dolorosos, en los que no me basta respirar rápidamente o
lamentarme continuamente por vivir, he de tener que escribir, bailar, crear
algo nuevo que me haga sentir la validez de mi propia existencia.
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