lunes, 4 de abril de 2016

Filosofando

Sobrevivir al presente es una tarea atemporal. Realmente no se está en el presente sino que nos configuramos en continuos pasados. No existe la posibilidad de encontrarse en un lugar, pues la nada que nos rodea está presente en todo. Lo minúsculo, nuestra vida, es fugaz, pero puede convertirse en algo trascendental; un pequeño big bang que construya el universo interno que poseemos, pero esta no es razón para cultivar un sentimiento de superioridad en nosotros. Tomemos un ejemplo: el techo falso de mi clase, el cual está lleno de puntitos, es nuestro universo: falible, limitado, eterno dentro de nosotros, pero en realidad absolutamente sin importancia para el universo exterior a el. Somos estrellas muertas dentro del gran cadáver en descomposición que es el universo.

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