lunes, 4 de abril de 2016

Elecciones

A mi universidad la están empapelando con huevadas. Puros papelitos de listas: A, B, C o D, que hasta en los baños me los encuentro; ahorita mismo están en la suela del zapato de la Anita. Como wawa de colegio, mejor dicho, como wawa de escuela me siento. Me acuerdo cuando, en séptimo grado, me arriesgué a lanzarme como candidato al consejo estudiantil. Es chistoso como acabe siendo candidato: simplemente se eligieron a los presidentes de los dos séptimos para postularse, es decir, representando a la lista A (obviamente por el séptimo A) estaba yo, y por la lista B, el Esteban Tonini, hijo de padre italiano y de madre ecuatoriana. La cuestión era la siguiente, y lo aprendí muy rápidamente: la buena propaganda funciona terriblemente bien. Mientras mi tío Rafa me mandaba desde Buena Fe reglas, lápices, borradores...como "armas" para receptar votos, el Esteban les ofrecía muchísimos caramelos durante los recreos, además de que ponía música. Los wawas obviamente (hasta yo) preferían los dulces a los lápices: aprendí que el atontamiento al adoctrinamiento es más fuerte en las masas. El mismo día de las elecciones anunciaron los resultados: el Tonini me había ganado por más de 30 votos.

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