domingo, 3 de abril de 2016
"El chuchaqui"
Al despertarse, el estómago le advirtió de un gran torrente de vómito a punto de salir a chorros de su boca. Salió inmediatamente de su cuarto al baño para fulminar el retrete con continuas descargas desde lo más profundo de su bilis. Supo, ahí, arrodillado frente al excusado, que jamás podría evadir la realidad. El castigo: un martilleante dolor de cabeza, estómago plagado de ácidos dolorosos y la falsa promesa de nunca más volver a tomar.
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