miércoles, 17 de agosto de 2016

2:40

Esto fue lo que inevitable me puso al borde de la locura. Esa sensación de pérdida y de fugacidad característica de todas las cosas buenas de esta vida, como cuando uno termina de fumarse su último cigarrillo o le da el último sorbo a su botella de cerveza. Ahora simplemente quisiera caminar por las calles desoladas, sin ningún rastro de ruido. Muchos creerán que salir a caminar por las madrugadas en una ciudad zombie es peligroso...¿no consiste la vida en eso? Solamente permiteme sacar de mi bolsillo el último cigarrillo que tengo y deja que lo fume hasta que se acabe, como próximamente lo vas hacer con mi vida en pocos instantes. Es difícil ponerse sereno cuando se tiene a la muerte frente, ¿sabes? Todas esas pendejadas que dije alguna vez sobre ti, mi anhelo de poseerte rápidamente para llegar al tramo final eran simplemente tonterías impulsadas por mi miedo a no saber vivir. Bueno. Ya estoy listo. He encendido mi último cigarrillo y estoy mirándome directamente al espejo donde solamente veo reflejado a un futuro cadáver. Allá afuera la luna canta una canción que sólo los locos logran entender por completo: locos por vivir, locos por morir, locos por amar, locos por sufrir...todo este gran manicomio, todo este gran circo ha vivido fascinado con la luna por la única razón de ser la única puta condescendiente para todos nosotros quienes desvariamos cada noche. Listo. El cigarrillo ya se ha terminado. Házlo rápido. Ya he sufrido mucho y quiero que me quites la vida de un sólo tajo. Estoy listo. No habrá dolor. Por cierto, ¿ya te viste al espejo últimamente? ¿Eres tú quien se refleja? ¿O es simplemente alguien que ya ha muerto varias veces? Boom.

No hay comentarios:

Publicar un comentario