martes, 31 de diciembre de 2019

La cumbia marica del macho ecuatoriano

Llega el día pagano en el que el macho ecuatoriano se disfraza de esa peste de la que siempre se ha sentido afectado por su desparpajo y libertad, por su mariconeo excesivo, porque "pobrecitos los wawas no pueden ver a esos desviados haciendo de las suyas, felices, provocando, locas parlanchinas". Van donde su mamita o donde alguna de sus novias o amiguitas para pedirle la ropa más provocativa que tengan; mientras más perra, más puta, más fácil, mejor. Es momento de enviudarse: colocarse mallas para cubrir las piernas velludas, usar minifalda y tacones, maquillarse y ponerse pelucas llamativas para resultar más llamativas en la caridad carnavalesca que les de alguito de dinero para más trago, más valentía, más hombría.
El travestismo se institucionaliza el 31 de diciembre en un país donde eran ilegales las expresiones LGBTTIQ antes de 1998, y donde todavía lo son. Donde el resto de los 364 días del año el maricón, la tortillera, el afeminado, la trava, la machona, la puta, son estigma y pecado tecnicolor. Insolencia y audacia acompañan a esos panas que, para probar su virilidad, aceptan su putería y la desfogan. Como si sus mariconadas no los acompañaran el resto del año cuando, "en broma", saludan a los bodis agarrándoles las tetillas, simulando un besito, o dándoles nalgadas luego de un sudoroso partido de fútbol, olvidando, inconscientemente, que cada hombre tiene parte de mujer. Cromosoma X le conocen científicamente.
Baco acompaña este día de desenfreno y jocosidad, aprobada únicamente desde la mirada masculina, de esos machos peludos, buen trago, buen puñete, que aprovechan el 31 para sacar expresar su feminidad caricaturizada con toda libertad, evaluada por qué tan puta o perra se puede ser, aplaudida y celebrada por todos quienes ven esa hombría voluptuosa sorprender descaradamente, ridiculizando lo femenino, enloqueciéndose...pero cuidadito con que después de esto te atrevas a decirme "loca" o "maricón", hijueputa. A ver si no te clavo unos quiños para que se te quite lo cojudo, mierda. Diosito se da no más la vuelta para que sus hombres machistas, cristianos, misóginos y homofóbicos disfruten de la huevadilla.
Ay, el Viejo, se muere el Viejito, y me abuso con reggaetón, salsa o cumbia para despedirlo como se debe. Le bailo al monigote antes de quemarlo con mi autoengaño, con mi patética hombría.

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