¡Por eso es que me llaman
loco! y un día me desterraron; dentro de una oscura agenda, ¡de los pulgares me
colgaron!
Extracto de la canción Por esto es que me llaman loco (El loco)
Abdalá Bucaram Ortíz, ‘El Loco’, es reconocido dentro
de la historia política de nuestro país como un actor político muy ágil en la
verborragia (bocón). En 1986, su locuacidad lo llevó a estar en problemas con
‘El Capo’, León Febres Cordero Ribadeneira, quien era presidente del Ecuador
durante esa época, debido a expresiones lesivas contra las Fuerzas Armadas. Primero
una recapitulación de los acontecimientos que llevaron al Loco, una década
antes de que le colocaran la banda presidencial, a convertirse en víctima de
tortura y privación ilegal de la libertad, según el tercer tomo del Informe de
la Comisión de la Verdad publicado el año 2010.
En 1984, cuando Febres Cordero asumió la presidencia, designó
a Jaime Nebot como gobernador del Guayas mientras Bucaram era alcalde de
Guayaquil. El Capo (coreado así por sus amigos en uno de sus cumpleaños celebrado
en Carondelet) y el Chino (como le dicen los amigos a Nebot) nunca tuvieron una
buena relación política con el Loco; las rivalidades fueron constantes. El más
afectado fue El Loco. En 1985, en declaraciones para el Diario La Prensa en una
de sus visitas a Nueva York, Bucaram responsabilizó al gobierno por las muertes
de Nahim Isaías, ex gerente de Filanbanco; Merlín Arce, comandante de la
Policía Metropolitana de Guayaquil; y Germán Zambrano, diputado alterno del PRE:
todos amigos cercanos de Bucaram. De las Fuerzas Armadas dijo que solo sirven
para desfilar y por ese sólo hecho se llevan la mitad del presupuesto nacional,
además las acusó de estar al servicio de las clases oligárquicas, ¡qué ultraje!
Después de estas declaraciones, Bucaram fue
sentenciando por el Intendente de Policía del Guayas a 4 días de prisión acusado
de propagar rumores falsos; la personalidad del Estado, según las Fuerzas
Armadas, fue atentada, por lo que le interpusieron un juicio; y, para rematar,
la Contraloría lo acusó de pagos indebidos en el acarreamiento del cascajo. Era
la cárcel (la muerte) o el exilio para El Loco, además de ser destituido de la
alcaldía. La opción era obvia.
En noviembre de 1986, Abdalá Bucaram continuó en
calidad de asilado político en Panamá, y desde el día en el que el abogado
guayaquileño pisó suelo panameño, pasó a convertirse en objeto de observación e
investigación del Servicio de Inteligencia de ese país. Para el año de 1986 el
presidente de Panamá era el General Manuel Antonio Noriega, conocido por tener
conexiones con el Cartel de Medellín, comandado por Pablo Escobar. Febres
Cordero no dudó en hacer una llamada telefónica al dictador panameño para
hacerle saber de su interés en la situación de Bucaram en su país. Así lo
sostiene Evaristo Gómez González, inspector encargado de la investigación. En
su grupo se encontraban Jaime Anguísola, Luis Banda y Edilberto Agrazal Pérez,
agentes de la misión, además de Mike,
cubano de nombre desconocido quien les proporcionaba asistencia de equipos
electrónicos. Estos hombres se encargaron de la investigación secreta realizada
a Bucaram en Panamá para encontrar algún vínculo ilegal sobre las grandes sumas
de dinero que supuestamente Bucaram gastaba.
Según Evaristo Gómez, después de dos semanas de
investigación a Bucaram, el cubano se comunicó con sus superiores en Miami con
órdenes de abandonar la operación. Por otro lado, el 8 de noviembre de 1986 el capitán Luis
Quiel y el coronel Madriñan, por órdenes del general Noriega, le informaron que
el caso debía concluir. Madriñan habla al Departamento Nacional de
Investigaciones y manda a pedir un kilo de cocaína para un trabajo a realizar; envía
a Gómez y a su chofer a ver el paquete de cocaína y un instrumento para abrir
carros. El capitán Quiel le hace saber que usarán el instrumento y llama al
sargento Vallenato, quien sería su acompañante, pero que no sabría de su
misión: inculpar a Bucaram de posesión ilícita de drogas.
En palabras de Evaristo Gómez González, testimonio en
el Informe de la Comisión de la Verdad:
“Me puse de acuerdo a la hora que
nos encontraríamos cerca del cuartel y le dije que como a las 02:00 horas lo
recogería en el cuartel. Antes de ir a la misión me comuniqué con la vigilancia
electrónica para saber los planes de Bucaram, informándome que él mismo no
tenía planeado salir en la noche (…) me apersoné a los estacionamientos del
edificio y le comuniqué a mi acompañante que debía distraer al guardia de
seguridad y si era preciso chantajearlo para que no me molestara. Después de
unos minutos de intento logré abrir la puerta con el instrumento y coloqué el
paquete debajo del asiento del pasajero en la parte delantera y cerré el carro.”
El 9 de noviembre, Gómez se acercó a las oficinas de
Narcóticos a informar de la presencia de dos ciudadanos que, según el capitán
Quiel, habrían ingresado al país con cocaína. En horas de la mañana arribaron a
la residencia de Bucaram agentes de la Fuerza Especial Antinarcóticos de Panamá.
Según Abdalá “Dalo” Bucaram, ingresaron violentamente al domicilio mientras su
padre gritaba que lo habían cagado, que Febres Cordero le había metido droga.
La operación ejecutada por el Servicio de Inteligencia
panameño fue realizada para culpar a Bucaram de posesión de narcóticos en el
país. Desde su llegada al país, planearon la extorción contra Bucaram con la
ayuda del D.E.N.I (Departamento Nacional de Investigaciones) y el Departamento
Antinarcóticos Panameño, quienes apresaron a Bucaram en el Cuartel Modelo en el
que fue inquirido y torturado: quemaron su cuerpo con cigarrillo, lo colgaron
de los pulgares y testículos, quedando fichado como traficante de drogas, según
Jaime Anguísola. Elsa Bucaram, hermana de Abdalá y antigua alcaldesa de
Guayaquil, dijo que la prisión de Abdalá en Panamá era otra obra de León e inclusive
la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos se pronunció a favor de Abdalá.
Según una nota de prensa de la época, Bucaram pasó
preso durante treinta y ocho días, desde el 9 de octubre hasta el 17 de
noviembre. Recuperó su libertad después de pagar una fianza de cinco mil
balboas. El 26 de noviembre fue declarado inocente de posesión y tráfico
ilícito de cocaína.Ahora, dentro del Informe de la Comisión de la Verdad existe
un error: la fecha correcta en la que Bucaram fue capturado y en el que se
iniciaron las “vejaciones” contra su humanidad, fueron el 9 de octubre de 1986,
sin embargo, este dato es erróneo puesto a que, a pesar de que Bucaram halla
pasado más tiempo en el país, no fue sino hasta el 9 de noviembre, día en el
que capturaron a Bucaram, que las “torturas” iniciaron.
¿El Loco fue víctima? Sí, de su propia verborragia.
¿Narco o consumidor? Definitivamente no lo sabremos, pero en todo caso, fue una
buena maniobra política para mantenerlo en la boca de la opinión pública y la
prensa. El Loco y El Capo tuvieron una agitada relación política durante la
década de los ochenta, pero la venganza del Loco tuvo un sabor agridulce. Su
victoria contra Jaime Nebot, ojito derecho de León, en 1996, le dieron la
última palabra a su locura, a su locuacidad, pero, así como la alcaldía, la
presidencia fue un regalo muy efímero, a punta de rock n’ roll con Los
Iracundos y algo de guatita.
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