domingo, 9 de junio de 2019

Muerte de un poeta

Armando el rompecabezas 
El poeta muerto
Descubrió su rostro 
Sabía que su nombre 
Era otro invento 
De defecación comunal 
En camas de aire 
Y caridad retrógrada.

Arena gris 
De relojes trémulos 
Fabricaban sus letras 
En el tiempo 
Que naufragaban en veleros 
Bajo un volcán susurrante. 

Su voz se alimentaba 
En la hoguera 
A espaldas del deseo 
Sin fantasmas 
Que pueblen los ecos
Ni cenicitas 
Que bailen al son de la muerte. 

Su corazón marioneta 
Rompió sus hilos 
Rasgando sus venas
Sus arterias 
Mientras su sangre 
Cortaba el cielo 
En sollozos.

El alma del poeta
Cigarra muerta
Aún grita 
Insondable
Indómita 
En la corteza de la memoria.


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