Soy la banda
presidencial del Ecuador. Represento al poder político en el país. Soy la más
alta condecoración que un ciudadano ecuatoriano puede recibir. Me han portado ladrones, asesinos,
usurpadores, dictadores, héroes, locos, bocones, militares...y, por solo tres
días, una mujer. Simbolizo las contradicciones del Estado, comenzando con mi
elaboración, los materiales de mi confección y mi lema.
A pesar del carácter
laico del Ecuador, soy elaborada por las Hermanas Contemplativas del Buen
Pastor desde la presidencia de Gabriel García Moreno, quien consagró al país al
Sagrado Corazón de Jesús, pues ‘la modernidad no se puede separar de la religión’.
La última intervención de la Iglesia Católica en asuntos de política fue la del
Arzobispo de Quito, Monseñor Alfredo Espinoza, quien se reunió con Lenín Moreno
para pedir la conformación de una comisión para “tratar temas en común”. Para
el Licenciado, en el interior de la esfera del escudo nacional, se colocaron
medallas de la Vírgen Inmaculada y de la Vírgen del Quinche así como reliquias
de Santa María Eufrasia, Santa Mariana de Jesús, Santo Hermano Miguel y Santa
Narcisa de Jesús, para que sea cuidado y bendecido. ¿Se imaginan que en el
futuro me portara un ateo, un protestante, o alguien que practique otra fe
distinta al catolicismo? ¿Dónde y quienes me
bordarían?
Ninguno de mis
materiales es hecho en Ecuador, y esto se lo hace para representar a quienes
dominan nuestro destino político como ‘país tercermundista’: el terciopelo
viene de Estados Unidos y los hilos de oro (opaco, brillante, briscado y
plateado) vienen de Italia, representando a Europa. ¿Qué pasaría si me
elaboraran con materiales ecuatorianos? ¿Me dañaría rápido? ¿Dejarían las
hermanas de confeccionarme? Estados Unidos ha empezado a tener más
participación política con nosotros, comenzando con la visita (de 20 horas) del
vicepresidente Mike Pence para “cooperación internacional” ofreciendo siete
millones de dólares, repartidos de la siguiente manera: 3,5 millones para
asistencia, capacitación y equipamiento militar; 2 millones para aliviar la
situación de migrantes venezolanos en el país; y 1,5 millones para combatir la
corrupción y reforzar a la sociedad civil. ¿Saben algo de ese dinero y de si ha
sido repartido como se acordó, y a quienes se dió el dinero? Como muestra de
nuestro afecto y buena voluntad hacia los estadounidenses, luego de dar a
Julian Assange a la justicia británica (que costó 4.600 millones de dólares en
préstamos al FMI), les entregamos todos sus documentos, teléfonos móviles,
archivos informáticos, ordenadores, unidades de memoria, CD’s y cualquier otro
dispositivo perteneciente a Assange. En cuanto a Europa, y ya que mencioné a
Reino Unido, 95% de nuestros productos llegarán a ellos sin pagar impuesto,
además de que para fines de 2019, ya no se necesitará la visa Schengen para
viajar. Todo sea por el terciopelo y el hilo de oro para crearme.
Mi lema puede ser algo
desorientador: “Mi (El) poder en la Constitución”.
Algunos presidentes prefieren “Mi”, otros “El”...la mayoría MI. Para
la actual presidencia, bordado con los hilos de oro italianos, llevo “MI poder
en la Constitución” en letras góticas, escogidas por el Licenciado para
diferenciarse de sus antecesores. La Constitución, al parecer, o así dicen, es
dada por el pueblo, pero en el último informe a la nación de hace seis días
pude ver quienes la escribían y la editaban: quienes la creaban. Supe que la
palabra MI escrita en mi, valga la redundancia, no es una casualidad. Quien me
porta tiene el poder, no solo de cambiar la Constitución sino de hacer lo que
le plazca para “el bien” de la Patria. Como ‘constitutución’, quien me usa
puede constituir, fundar, crear algo, lo que sea que se le ocurra...lo que sea.
Soy la banda
presidencial del Ecuador y, quien me obtenga, puede hacer lo que quiera, a
pesar de mis contradicciones, por el bien de la Patria, por MI poder.