Al paraíso han llegado las luces de neón, el nuevo oro que recubre los templos de confesión y ficción, fantasía heredada de la consecuencia de arrodillarse, hablar por rendijas y que las palabras crucen por los nervios en pulsaciones que atomizan nuestra existencia, nos engrandecen en nuestro delirio de existencia. Padre Néstor, suba a la tarima y lleve a la celestial pendejada del cielo a la sumisa e infame terrenalidad del ocaso de los dioses, y sea usted el Prometeo que robe la llama de la música y empiece con la fiesta incendiando cada templo en honor a los fantasmas de la inquisición, santa y bendita prueba de la historia en que la humanidad universal (pensada así por quienes universalizan su luz blanca sobre todo el mundo) encontró su lado más vil y real en la mentira.
Entré a la iglesia y me tomé un guaro sabiendo que es el pecado menos atractivo para alguien que únicamente tiene oídos sordos a gritos de súplica de quienes padecen la monstruosidad de la vida moderna. Y lo tomé de golpe, preparado de menta a dos dólares de una de las chagras. Soy indestructible, aunque tecato. Soy Barreto y La Amistad. Hay cosas que sólo se pueden entender cuando no se ve, pero, al parecer, cometemos es error de creernos Núñez en El País de los Ciegos. Quiero escuchar los mantras en el rosario, saber que la espiritualidad es cuestión de concentración y no de fanatismo. El rosario toma cerca de una hora, y sé que la virgen ya está cansada de personalidades múltiples en pepitas muertas. El infierno es en realidad silencioso...¿o es el paraíso? No lo sé.
En la plaza danzantes, demonios, chagras, borrachos, turistas, locales, animales, bailan bajo las cruces y beben litros de trago y encienden sus almas como fósforos mientras zapatean al ritmo de la cumbia. Nuestra Señora de la Nube, la Guapuleña aparece al fondo de cada vaso y tarrina, en cada esquina con orina fresca, en cada tabaco encendido, los fantasmas de Orellana y Pizarro se cuecen en el canelazo. A todos les gusta la facilidad de bajar hacia el infierno pero a nadie la larga caminata cuesta arriba hacia el paraíso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario