jueves, 15 de febrero de 2018

Enloquecido

La esperanza nace de un cuerpo muerto, ahorcado de un lazo colgado en el árbol de la vida. Los cuerpos muertos que la rodean le ofrecen el hálito pútrido de tripas y sangre regadas en nombre del progreso. Logra ser rescatada por la ilusión, quien, en sus brazos magros le da de mamar de sus pechos escuálidos. Se enternece a pesar de la enfermedad que la aqueja, la ingenuidad, que mancha su cuerpo con manchas violáceas que delatan su flaqueza espiritual. Al morir la ilusión alimentando a la esperanza, esta queda a merced de la brutalidad de la ira y la codicia quienes crean oportunidades para violarla y vilipendiarla. Sin aún entender la fiereza de sus actos, la esperanza sólo se acurruca entre lágrimas, sabe que su corazón aún late por el dolor que produce en cada respiración. Las guerras han acorazado el corazón volviéndolo frágil, Luego de ser perseguida por las furias, ya casi a punto de morir en el lago existencial, entendió la inmensidad de su vació: ¿por qué continuar viviendo? Los lobos, preparados para devorarla, la rodearon. ¡QUIERO SEGUIR VIVIENDO! gritó antes de matar con su grito a los malos presagios. Vivirá la esperanza del otro lado de las colinas, caminando por el valle de la destrucción.

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