domingo, 9 de junio de 2019

Muerte de un poeta

Armando el rompecabezas 
El poeta muerto
Descubrió su rostro 
Sabía que su nombre 
Era otro invento 
De defecación comunal 
En camas de aire 
Y caridad retrógrada.

Arena gris 
De relojes trémulos 
Fabricaban sus letras 
En el tiempo 
Que naufragaban en veleros 
Bajo un volcán susurrante. 

Su voz se alimentaba 
En la hoguera 
A espaldas del deseo 
Sin fantasmas 
Que pueblen los ecos
Ni cenicitas 
Que bailen al son de la muerte. 

Su corazón marioneta 
Rompió sus hilos 
Rasgando sus venas
Sus arterias 
Mientras su sangre 
Cortaba el cielo 
En sollozos.

El alma del poeta
Cigarra muerta
Aún grita 
Insondable
Indómita 
En la corteza de la memoria.


sábado, 8 de junio de 2019

Terranova

El futuro es el cuarto de un motel barato. Sin ventanas, sin refrigerador donde poner las cervezas o el licor, adornado de la peor forma posible con cuadros de imitación de Guayasamín, Kingman o lo más kitsch y onírico posible para decorar el secreto. Al menos debería haber agua caliente, ojalá y algo de papel higiénico, quizás una toalla dura por el detergente y su vejez. Los tachos de basura estarán llenos de falsos orgasmos en condones baratos, colillas de cigarrillos y muerte. Estos se colocarán al lado de las vetustas camas de madera, rechinantes de gritos, las cuales tendrán sábanas marcadas de sangre, eyaculaciones, sudor, lágrimas y saliva, fluidos mapas de belleza oscura, discretamente tapados por una colcha tigre y nada más. Quizás por ver demasiadas películas románticas se pensará en las almohadas como amor a primera vista, pero, esa sensación, la posibilidad de romance...probablemente languidecerá en mordidas y ahogos.
Los amantes odiarán bañarse juntos. Lo harán únicamente para ahorrar tiempo, ni siquiera agua. Pondrán tonaditas románticas para bailar lo ultimo que les queda de esperanza y de amor. Brindarán a la nostalgia y se verán a los ojos, vacuos de ilusiones, y se abrazarán para bailar lento, simulando algo de felicidad en sus sonrisas. La casualidad les permitirá encontrarse, de vez en cuando, alguna reliquia de amores pasados escondidas en el piso: un collar, una fotografía, alguna corazonada falsa. Suspirarán al encontrarse al otro lado del arcoíris invadidos de sueños narcóticos. Su talento oculto será enumerar sus miserias de memoria, su infancia, y podrán reír con sinceridad. Susurrarán a sus oídos: “Si rompí tu corazón anoche...es porque te amo más que a nadie”. El sueño los decepcionará por su potencial devastador de vino barato, y brindarán a la buena suerte, tratando de quedarse despiertos, luchando, llorando. Se lastimarán en caricias y afectos y el sexo será yermo, un desierto azul y violento. Desearán de su recuerdo el valor, el calor, la unión sensual, la risa espontánea, el abrazo, el beso, la oportunidad del llanto en la alegría, el aliento dulce. Abortarán su naturaleza sensible, anestesiarán sus sentimientos al vestirse antes de salir. Saldrán del Terranova, hacia la calle Secundaria, solos, pero no sin antes dejar una llamada de aviso en el cuarto, escrita en el espejo: No hay nada aquí para ti. 

jueves, 6 de junio de 2019

Plegaria correspondida

Te amé entre las rejas
Condenado a escribirte
Sin respuesta
Esperándote
Tratando de eliminarme
Respirando despacio
Cictrizando tu ausencia
Hablándome en mi soledad
Mientras me negaba su avance
Sobre mi vida
Sobre mis manos
Sobre mi cabello
Sobre el vacío de mi corazón
Y el pulsar de mi mente.

Te amé en mi prisión
En mi confesión
No hay palabra u oración
Que necesite explicarte ahora
No hay ficciones
No tienes nada que decirme
Si lo quieres...
He muerto
Y mi sangre está fría.

Bébete mi alma con tu duda
O mézclala con el ocaso
Aboga por mi desgracia
Y preséntate en mi fiesta de corbata
Quiero verte al caer
Quiero que mi voz se rompa al nombrarte
Quiero irme viviendo en tus ojos
Amándote en mi último hálito
En mi plegaria correspondida.