sábado, 22 de julio de 2017

Human After All: la incomprensión de la improvisación

¿Pueden los robots ser tecnofóbicos? Al parecer, en 2005, después del éxito de sus dos álbumes de estudio Homework y Discovery, el dúo parisino de música electrónica, Daft Punk, vio su identidad puesta en jaque. Durante ese año, ocurrió una explosión global en cuanto al acercamiento de nuevas tecnologías comunicacionales. Dos plataformas digitales serían las encargadas de estructurar nuevas redes de comunicación: Facebook y YouTube; el mundo presenció el advenimiento de la distopía formulada por George Orwell en su novela 1984: nos convertiríamos en productores multimedia, sociedad manipulada por la información, donde la vigilancia es masiva y omnipresente para convertimos, de alguna forma, en represores sociales y políticos.

El opuesto de Discovery

La tecnocracia aún no reinaba en su totalidad durante ese tiempo, por lo que un álbum en el que la crítica al advenimiento de un futuro gobernado por el poder de la tecnología en los medios era un tanto incomprensible. La portada del álbum, una televisión con el logo de la banda, de carácter minimalista, es su expresión de esa disconformidad. Los medios especializados en música calificaron al álbum de ‘repetitivo’, debido a la simplicidad con la que las canciones fueron creadas. Guy Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter necesitaron únicamente dos guitarras, dos cajas de ritmos, un vocoder y una máquina de ocho pistas para producir las canciones del álbum en dos semanas y mezclarlo en cuatro, un tiempo corto comparado con su álbum anterior, Discovery. “Estuvimos definitivamente seducidos en ese tiempo con crear el opuesto a Discovery” declararía Bangalter para la revista Mixmag.
Minimalismo e improvisación
Las 10 canciones que componen al álbum son una suerte de recorrido por el miedo y la paranoia. Destacan de todas ellas los sencillos Human After All, The Prime Time Of Your Life, Robot Rock y Technologic. Las tres últimos sencillos sobresalen debido a sus videos musicales. El vídeo para The Prime Time Of Your Life fue dirigido por el diseñador de efectos especiales y maquillaje estadounidense, Tony Gardner. En el, Melody, descubre una realidad alterna muy particular: todos, desde sus familiares a las personas que salen por su televisión, todos, son esqueletos parlantes. Ocurre un desdoblamiento en su identidad cuando, al verse reflejada en el espejo de su baño, nota que es totalmente distinta a sus visiones, por lo que decide, literalmente, cortar de tajo su diferencia: la carne que la rodea, su piel. El tempo incrementa y parece devorarnos en su miedo a medida que el vídeo empieza a finalizar. Robot Rock, utiliza samples de la canción Release the beast de la banda de funk estadounidense Breakwater. Un intento un poco flojo por parte de los robots quienes quisieron capturar el poder del rock en un loop repetitivo para bailar. Su vídeo, dirigido por ellos mismos, se filmó en formato VHS para darle un toque chic y funky.

El vídeo para la canción Technologic representa un triunfo en cuanto a diseño e historia. Un bebé robot dicta órdenes para esclavizar a la humanidad mientras el dúo marca el ritmo para los esclavos tocando el bajo. El vídeo, dirigido también por Daft Punk, representó de manera un tanto perturbadora el comienzo de una revolución mundial guiada por la tecnología. La búsqueda por la humanidad continúo un año después del lanzamiento de Human After All en la película, también dirigida por el dúo parisino, Electroma. Al fin de cuentas, nuestro recorrido por el descubrimiento interior, poblado ahora de tecnología esquizofrénica, prueba que somos humanos después de todo.

En busca del futuro

Una de las facultades primarias que tiene nuestra imaginación es la de ser un caos creador; de ella nacen las historias que componen nuestra realidad para transformarla en distintas interpretaciones, lo que llamamos subjetividad, sentimientos individuales. Su más grande potencial se muestra al momento de imaginar finales desastrosamente esperanzadores. El miedo a lo desconocido potenciado por los avances científicos -acercamiento a la búsqueda de la divinidad- por su paso sobre el planeta convierte al ser humano en un despojo de vida tiránica y brutal, con el único objetivo de obtener poder en todos los sitios y en ninguno, de hacer su voluntad -hágase su voluntad en la tierra como en el cielo como rezaría, literalmente, un muy popular mantra- sin embargo, a pesar de su despersonalización, extrañeza psíquica, logra guardar parte de esa locura en lo anormal definido por el mismo poder en lo socialmente inadmisible, llámese rebeldía, esperanza, unión, amor.

El arte en sus distintas variantes recrea las visiones del ser humano sobre su fin, debido a que su realidad, el sentipensar, profetiza futuros. El cine, verdad 24 veces por segundo, ha conseguido transmitir muchos de esos apocalipsis o revelaciones inspirados por el tiempo en el cual el ser creador se encuentra, imposibilidad de hallar un absoluto. Al componernos de finitud es normal nuestro miedo a lo improbable, al futuro; es sólo cuando lo tenemos cerca de nosotros como realidad plausible, aprobada, real, que nuestra imaginación magnifica las distintas posibilidades de final, de auto eliminación, de muerte.

Desde principios del siglo XX, el apocalipsis encontraba su génesis profética en gobiernos o corporaciones –sinónimos si lo pensamos bien en realidad- quienes controlan cada aspecto de la vida de sus pobladores, para progreso de la humanidad -discurso eufemístico de eterna valía- en beneficio de quienes rigen el devenir del futuro de la población a favor de sus intereses. En estas distopías -sociedades ficticias indeseables, no-lugares- el gobierno o corporación recurre a la tecnología, potenciada por los medios de masas, para el control y vigilancia totalitario de su población, siempre en busca de la homogenización de la vida.

En la década de los ochenta, el cine vio reflejado el inminente miedo humano a su auto aniquilación desde la cultura. Los videojuegos, la moda y el crecimiento exponencial de los medios de comunicación, particularmente de la televisión, serían los componentes primarios para el cine distópico de temática futurista y post-apocalíptica mayoritariamente orwelliana adaptado a su siglo consecuente, el siglo XXI. Varios son los ejemplos en los que el futuro para el siglo XXI resulta una visión totalitaria en el que la vida es sobrevivencia brutal aunque esperanzadora.

La página web https://www.whatismymovie.com es un motor de búsqueda que nos permite, a través de palabras clave, descubrir películas que muy probablemente hayamos olvidado o que deseamos recordar a través de la descripción a partir de nuestras propias palabras como elementos de búsqueda. Al poner en su barra de búsqueda las palabras ‘dystopia, ‘80’s’, ‘videogames’, ‘virtual reality’ son 10 las películas que sobresalen como justos representantes de cine distópico. Para evitar arruinar la sorpresa del encuentro con futuros inciertos, me limitaré a listar las que, en lo personal, considero sus diez mejores exponentes, en orden cronológico:

1.      Mad Max 2: The Road Warrior de George Miller (1981)
2.      Blade Runner de Ridley Scott (1982)
3.      Tron de Steven Lisberger (1982)
4.      Videodrome de David Cronenberg (1983)
5.      The Terminator de James Cameron (1984)
6.      The Element of Crime de Lars Von Trier (1984)
7.      Brazil de Terry Gilliam (1985)
8.      Mad Max: Beyond Thunderdome de George Miller (1985)
9.      Robocop de Paul Verhoeven (1987)
10.  Akira de Katsuhiro Otomo (1988)

Advertencia: los no-lugares que son representados en las películas pueden o no ajustarse a nuestra realidad contemporánea sin ser necesariamente profecías de nuestro ya incierto futuro.


viernes, 14 de julio de 2017

13/07/17

Cisne azul
casa             de paz
ninfa                                en el báratro
sacerdotisa
                  en búsqueda
de ser oráculo
                       palabra viva
fuente eterna
                             del amor
peripatética sabia
                            del sentir bondadoso.
Despertar
                del interior
                                  de la ballena
                                                       de la contradicción
mito fundador del pasado
                                         del presente
                                                             del futuro
                                                                             del tiempo
encontrarse caminando
                                     guiado por el conocimiento
a través del infierno                                                  y del cielo
                                junto a la musa de la divinidad
por el océano
                      de la eternidad.