martes, 28 de marzo de 2017

Efímero

El color rojo tiene la particularidad de representar, a través del ojo humano, una cantidad infinita de ficciones que uno inventa por la sensación directa de este color con la emotividad que estalla en la pupila, algo fuerte, imprevisto, atrayente, que convierte a quien esté cubierto de este color, de cualquier forma, en un ente pasional extraño. La alerta que causa el color rojo en nuestra visualidad es una ambigüedad: peligro disfrazado de pasión, alerta expuesta como mandato de pausa, atracción – repulsión cuando los labios se pintan de sangre. Mientras la biela lleva sangre al corazón, fortaleciéndolo, como espinaca utilizada para llevar oxígeno a sus lugares más dañados, la luz roja del bar cubre a quienes se encuentran en su parte posterior, en las “camas”, lugares cubiertos de viejas alfombras sucias, donde uno puede sentirse como el más miserable de  los sultanes criollos mientras sufre de calambres en las piernas por adoptar las más diversas posturas para poder sentarse; ahí, cubierto por esa luz peligrosamente atrayente, el azar obró a favor de la memoria para recordar la última vez que un par de labios rojos sonrieron perversamente a través de un vaso de cerveza para decirme: ¿Otro combo? La luz roja, la biela y los labios son parte de un mismo síntoma: saudade. Todo artefacto sentimental ideado por la mente. Efímero.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Exhibición de lo íntimo

Los nuevos espejos, las nuevas ventanas, los portones en los que ya no son necesarios ningún tipo de barreras, llámesele puerta, reja, palabra, interacción real (palabra sujeta a diferentes cambios según lo que el lector haya experimentado con el término) son los porta retratos, porta relatos si se los lee bien entendiendo cada uno de sus signos, escondidos desde la posición de cámara, los ángulos que quiere captar, el tipo de toma, primerísimos primeros planos a la orden del día, planos enteros, depende del plano que se elija y la posición, además de nuevos disfraces que son técnicas magníficas para diseñar a gusto un sujeto irreal, captado a través del ojo más egoístamente sexual y sensual posible, misterioso, familiar, santo, purificado por los likes a frases repetitivas de grandes autores, mutilados, o quizás alcanzados a la curiosidad por un nuevo tipo de lecturas, eso está por averiguarse sabiendo como el contenido de la psique individual es expuesta, en este preciso instante, a forma de vídeos, pequeñas historias de un día de duración, un día de memoria significa un día vivido a través del acontecimiento, obligados a crear rutinas de información expuesta en palabras, emojis, efectos, filtros...son los reflejos, las creaciones de nuevos yo exteriores, existentes en un mundo sostenido en la nada, en la creación de personajes, de ficciones, de historias, de vídeos momentáneos que nos hacen recordarnos sentimientos, pequeñas inyecciones de dopamina, de la expectativa de poder ser querido a través del onanismo visual.

lunes, 20 de marzo de 2017

Biela, salsa y blanca (una tarde con un "ficha" guayaco)

Es tarde, suena "Escarcha" de Héctor Lavoe, un dron de la Policía Nacional sobrevuela Portete, zona roja de Guayaquil y, para mi buena suerte, uno de los personajes más cliché de Guayaquil está tomando una cerveza conmigo, mi primo y uno de sus amigos. La brisa refresca el ambiente, y, aunque las lluvias ya hacen su trabajo, en algunas ocasiones, aminorando la temperatura, el calor en Guayaquil es eterno, la humedad aumenta y no hay mejor solución para ello que unas cuantas bielas, Brahmas para ser más exacto, tamaño de 550ml en una jaba que contiene 24 botellas de esa delicia.
Andy hizo su aparición en unas sandalias viejas, jean holgado y chompa pirata del Manchester United, justo después de comprar la jaba y de haber terminado, previa a su visita, 6 Pilsener Light que el amigo de mi primo, Xavier, nos brindó; las tenía del día anterior, que fue el cumpleaños de su hermana.
Después de terminadas alrededor de 12 bielas, Andy se levantó a comprar un "aguado", encargo encomendado a Xavier por su padre, que estaba totalmente chuchaqui debido a que celebró como los dioses, durante dos días seguidos, el onomástico de su querida hija, terminó a las 08h00 del día de nuestra visita; él muy amablemente realizó el mandado, eso si Xavier le prestaba su "cleta" para el viaje.
- "Quieren sopa de wantán."
- "Pregúntele si mejor no quiere aguado, o chaulafán. Yo tengo en mi casa si desea un poquito, mi só."
- No, maricón. Sopa de wantán.
- Bueno, maricón. Ya vengo.
Andy me había comentado que en sus "buenos tiempos", él y Xavier habían sido bikers.
- "Salíamos en gajo, si sabe. Como unos trecientos pelados en sus bicis. Chucha, carajo, era una nota muy chévere."
Al regresar, propuso lo siguiente: "Oiga, socio, compremos algo más fuertecito. ¿Usted qué dice?" En mi condición de total extraño, preferí no dar ninguna idea y delegar la decisión de una futura chuma a mi primo que se encontraba un tanto cabreado debido a que su enamorada se encontraba desaparecida en Montañita con una amiga y él, para rematar, no tenía batería en el celular para poder llamarla.
- "Es que estoy enamorado, primo."
- "¿A qué le llamas tú estar enamorado?"
- "Han pasado tres meses, ¿sabes? Pero ya conozco a su familia, y hasta la mamá me llama para saber si es que estoy con ella."
- "Ay, primo. La familia y el tiempo representan una mierda."
- "Antes me fijaba sólo en el cuerpo; ella es media tuquita. Ahora me fijo en los sentimientos."
- "Ni tú te crees eso, loco."
- "Compremos un whiskacho."
- Sí, sí, llave. Un whiskicito estaría pepa. Yo pongo los vasos, la poma de Guitig y el hielo.
- "¿Qué estás loco, maricón? Yo no voy a tomar whisky, Mejor una de Coco Pedro. Yo sé que le pasa algo, mi só, usted no es así. Mejor dele suave con una de Pedro."
- Ya, maricón. Dos Pedros y unos Fuze Tea, para rebajarle un chance.
Andy volvió a tomar prestada la "cleta" y, aunque la licorería estaba a casi 10 cuadras de donde estábamos, regresó con el encargo en casi cinco minutos, eso sí, antes de ir a su casa, que se encuentra frente a la de Xavier, para pegarse unas líneas y estar ready. Andy, después de dos vasos de Pedrito con té, conversó un pequeño extracto de su vida como traficante de armas, asesino y renovado ladrón en busca del perdón de Dios y de su familia, especialmente de su padre.
- "Sabe algo, mi llave, si yo quisiera, bum, bum, bum, racaplum, les vuelo a todos la cabeza con Manuela (revolver de fabricación nacional) y Soledad (pistola gringa), es que, cuando snifff...snifff....¡ja, ja, ja, ja, ja!, me pongo como loco, si sabe. Si Dios bendice y ayuda este año, con el trabajito que tengo, juro que voy a traer a toda mi familia por mi cumpleaños, aunque esté piteado con algunos, y me traigo una orquesta. Voy a armar el rumbón en la cuadra, y me voy mandar una canción que, chuchasumare, hasta yo me voy a poner a llorar, maricón. Pero eso sí, antes toca guardar todo el arsenal de la casa, ya sabe, los rifles, las pistolas...todo lo que se compra en el mercado negro. ¿Usted ha estado por el Comité del Pueblo? Es zona roja de Quito, ¿sí o no? (risas) Chucha, allá también tengo familia y nos armamos unas buenas rumbas...Oiga, deme chance de ver la calle, es que unos carevergas me andan buscando y tengo que estar once".
- "¿Qué hora es, primo?"
- "Cinco para las once."
- "Ya nos tenemos que ir, panas".
- "Oiga, no se vaya si todavía falta acabarnos las de Pedrito."
- "No se puede, broder. Ya nos tenemos que ir."
- "Bueno, aquí le tengo su regalito por la espera. Y cuando venga, le tengo el kilito. Ya sabe, gratis para los broders."
Salí con mi primo de Portete a las 23h00 con dos microdosis de cocaína que él se guardó en su billetera.
- "Uno tiene amigos de todo tipo, primo. No le irá a contar a nadie de esto."