sábado, 26 de mayo de 2018

Carta desde el futuro

El flashback es recurrente cuando en la habitación se prenden las dos luces rojas para cambiar de rumbo hacia el asteroide B-52, y las paredes de cromo retumban y se convierten en destello rosado, casi neón. No me gusta tener una cama giratoria que controle mi funcionamiento interno. Ya no recuerdo cómo era estar en una cama fija, con gravedad, que me sujete al planeta. Tenías razón al no interesarte en el espacio. En el cosmos ocurren cosas igual de similares que en la tierra, pero sin menos gravedad. Creo yo porque no tienes un cielo o tiempo coordinados. Aquí la armonía es cuestión de refinamiento corporal para no morir de presión innecesaria (igual en la Tierra, ¿cierto?). El aire comprimido de mi cuarto y mi nave son los que me mantienen vivo, pero con mi cama es otra historia, otra ciudad clavada en mi mapa interno. Te hubiera gustado saber de Kuitca en el espacio. Para limitar la fatiga y lo que significan los viajes interdimensionales hacia otras partes de la nada, requiero que mi cama, cuando voy a descansar (recuerda que aquí el día y la noche son cuestión de imaginación), se mantenga en movimiento. Quizá tu insomnio se hubiera curado con una noche perpetua a bordo del Tsutchie, casi una alfombra mágica. En la cabina del piloto guardo una foto tuya al lado del indicador de aire y presión. Tu partícula me hace sentir una acción fantasmal a la distancia. Me recuerda a la ocasión en la que hablaste de que es necesario de un ente material, corpóreo, para poder amar. Que no es posible amar sin tener una presencia recurrente. Y ahora, míranos: tú en la tierra y yo en el sector theta épsilon 1-13-16 preparando mis últimas municiones antes de que el capitán Sabato y su flota de héroes y tumbas lleguen. Te dije que no importaban los puntos extremos del universo cuando la teoría te respalda. ¿Llegarán mis ondas, mi frecuencia, mi vibración allá dónde no estés? Para creer en algo, hay que dudar de todo. Fin de la sesión XX.
Bitácora del Tsutchie. Zona FR1-G-TN-RS.
Captain Sabato: I'm deeply sorry to inform you that the
solely idea of suicide is what keep us alive, not death itself.
That's why I have to decline your offer. I no longer wish to be
an insignificant part of the known universe: I must reach inmortality.
So, be my guest if you plan an attack on the Tsutchie. Be ready.
Sincerely yours,
S.