domingo, 29 de enero de 2017

Dignidad

Jesús y Joseph Merrick se encontraron en el paraíso. El primero no pudo ver al segundo. El segundo caminaba con la frente en alto.
-“Soy el camino, la verdad y la vida” dijo Jesús.
-“Soy un ser humano. Soy un hombre” le respondió Merrick.

La dignidad del primero estaba justificada en su divinidad; la del segundo, en su fragilidad humana. 

Noon

All the place is burning with boredom
nothing to save
not even the souls in the room.
Quick trip to Valhalla
I have the whole road for me
ahead, Miles ahead
we all dance 'til dawn
'til our bodies perish
filled with the joy of an unknown death
eyes/light shut down, wide shut.
Little Wing shouting the blues
how would I remember this life?
are tears good enough?
Just remember the sentimental flood/hopscotch
get lost.
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El sentimiento es opcional

sábado, 28 de enero de 2017

La visita

Entraron sin forzar la puerta
los dos tercios
de la trinidad resquebrajada
de visita bíblica, casuales, inoportunamente
complementando un mito
paradoja a ritmo de two tone
I closed the door
                          and you say: Try just once more
                          ceguera blanquesina
¿qué ves?
               la puerta se abre
               me vi irme partido en dos.

miércoles, 25 de enero de 2017

Juegos mentales

He despertado acompañado de un sueño instantáneo
soluble en las aguas del mar gigantesco de mi memoria
ración/razón de frustración profética
I and I
partida de cuarenta en 38
no hay dos por guapo sino por shunsho
la curiosa muerte que uno se gana a punta de cavilaciones
preguntándose si la caída
el despertar
no es más que otro parpadeo.

sábado, 7 de enero de 2017

Desnudez no obscenidad

El corazón humeante de la manzana
que mata las células del cariño
alojadas específicamente en:
boca
dientes
paladar
encías
lengua...
y me parece a mí que es ese el órgano más afectado
por el calor intenso del humo secreto
el pacto
hemos tenido un pacto al respecto
yo, quien se encarga de recibir su imaginación
corazón, camino en ángulo de noventa grados hacia terreno verde
lengua...¡ah!, la lengua...pues, se enmudece
¿se enmudece?
sí, simplemente recorre sus voces en silencio creando
lenguajes innecesariamente personales, bueno, así lo
define la tonta ciencia/certeza que imagina en su mente para controlarla
¿me entiendes? es algo parecido, ya sabes, lo llaman espiritualidad
es decir, convertirse en una especie de Neal Cassidy criollo
aunque le duele en lo más profundo de su mentira.


lunes, 2 de enero de 2017

Testamento

No sabría que escribir por alguien ausente ya, es decir, tengo a esa persona aquí a mi lado pero está desahuciada. Tiene miedo. Se siente sola. A pesar de todo tiene muchas dudas, más de las que había tenido durante todo el tiempo en el que existió, calculada por pasos celestes. El dolor se vuelve su fuerza. Los miedos regresan y sabe que gritan alaridos terribles dentro de su mente, para ya noquearla de una vez. Sus ojos ya están cansados, pero el maquillaje, la imaginación, tienen a esa persona envuelta en una máscara sin fin, en constante mutación. Puede tomar cualquier forma imaginable, y el tamaño tampoco es un impedimento real para dejar de existir como le plazca. Pero son sus ojos, esos mismos a los que uno supuestamente puede cambiar, los que no cambian. En este día cobran un aire imperturbable. Dentro de ellos hay muerte. ¡Y qué muerte!
Siempre se encuentra acompañada de muchas mujeres, hombres travestidos que se disfrazan de lo que verdaderamente quisieran ser, sus represiones se desinhiben, la putería es signo de admiración y de goce para quienes se divierten al verlos pedir algo de compensación por tan excelente actuación dada. Mientras más se asemejen a su supuesto lado femenino, propio en todos los seres humanos, sin excepción, más dinero tendrán para velar adecuadamente a la persona desahuciada, quien se encuentra secuestrada en una coraza de papel, goma, aserrín, ropas viejas; cualquiera que sea el material, nada esconde el goce por el final, ficticio, pero muerte de todas formas.
Nada mejor para olvidar el inevitable paso del tiempo que las pocas luces que nos hemos creado de nuestro futuro mientras explotan en el cielo que irremediablemente siempre nos verá con los mismos ojos de pena, de tristeza, de melancolía; noche que siempre sabrá que, a pesar de tener aprisionados nuestros deseos en un muerto material/irreal, ni los juegos pirotécnicos, ni las camaretas, ni los silbadores, ni los tumba casa, ni los buenos deseos (feliz año, que sea de éxitos y de bendiciones...¿a sí?, pues anda a decirle la misma huevada a los demás que si te creen esas mentiras, hijueputa) nos alejan de nuestra eterna hipocresía de pensar que, a pesar del paso del tiempo, todo irá mejor.
Medianoche. Mi año muerto, la persona desahuciada, es un Vegeta como mono gigante. Es bueno saber, muy escondido dentro de uno, mientras se quema  junto a otros tres muertos más, mientras la gente se abraza en llanto, y no sé si de verdadera felicidad, pero ebrios de un nuevo comienzo, de algo nuevo, de lo que jamás llegan a obtener por miedo, por desidia, por tedio, ebrios del supuesto optimismo de encontrarse frescos durante la medianoche, sin saber que, por la misma razón de que el tiempo no espera, sus deseos, sus memorias, quemadas junto al muerto, aseguradas con doce uvas y un calzón amarillo, son promesas, que ya echas cenizas, se dejan al olvido.
He acordado no prometerme más a cadáveres, principalmente a los de mi pasado y a los de mi futuro. (Esto no lo quemé el 31 de diciembre)